Conversando con Rachel Valdés


Rachel Valdés
 (La Habana, Cuba. 1990) “Me interesa crear escenarios que conlleven a un diálogo ya sea visual, o espiritual entre el ser, el objeto, y el espacio que le rodea, y brindar a través de estos,  otras versiones perceptuales de la propia realidad”.

¿Cómo definirías el arte contemporáneo en una palabra? 

Insólito 

¿Cómo es tu proceso creativo?

Tengo mi estudio, donde paso la mayoría del tiempo y desarrollo y materializo todas las ideas. Por lo general tengo un tema que me gusta investigar o explorar, una vez llego al concepto, elijo cual de los diferentes medios me funcionan para llevarlo a cabo, ya sea la instalación, la pintura o la fotografía.  

¿Alguna obra a la que le tengas un cariño especial?

“Felices para Siempre” – “Happily Ever After”. Fue mi primera intervención pública a gran escala, la primera vez que pude compartir directamente con el espectador en el escenario cotidiano. Fue en 2012 en el Malecón habanero. 

¿Qué encargo te gustaría recibir?

Una instalación de grandes dimensiones, habitable y permanente. 

Una artista a la que admires

Joan Mitchell, me gusta su gestualidad y su estudio del color.

¿De qué artista te gustaría tener una obra?

Willem de Kooning definitivamente. 

Un comentario sobre tu trabajo que te haya gustado…

Una vez en la Bienal de La Habana vi salir de mi instalación “Composición Infinita”, una persona que preguntó por la artista de la obra. Me encontró ahí mismo, quería hacerme saber lo emocionado que estaba por haber vivido aquella experiencia a través de la pieza y me dijo, con los ojos llorosos, que me agradecía el haberle recordado la importancia de vivir.

Un agente artístico que esté haciendo un buen trabajo actualmente…

Te puedo hablar de un agente artístico de mi país por ejemplo, el curador Juan Delgado Calzadilla, está desarrollando un proyecto llamado “Detrás del Muro” (Dedelmu) desde hace unos años, durante las últimas tres bienales de la Habana, y considero que está haciendo un arduo trabajo, con las instituciones y los artistas.

Una institución pública indispensable…

En Madrid, el Museo Reina Sofía. Cada vez lo conozco más y mejor y como institución pública me parece indispensable.  

Una institución privada necesaria…

El Cuban Artists Fund realiza una labor fantástica de apoyo a los artistas cubanos contemporáneos, con un programa público muy amplio que ayuda a que el arte cubano sea reconocido a nivel mundial.

A una gran mayoría no le gusta el arte contemporáneo porque le resulta difícil de entender…

El arte contemporáneo es complejo, hay tantos conceptos, discursos y códigos visuales, muchas veces entiendo al espectador, no es fácil de digerir. Incluso para mí que me he desarrollado y aprendido sobre el arte y su historia, existen muchas cosas que no comprendo. Pero al margen de entender o no, lo que sí sé es que cuanto más te relacionas con el arte contemporáneo, mejor lo entiendes. 

¿Qué supone hoy la crítica?

Un papel fundamental.

¿Quién decide qué es arte?

Hoy en día es un poco difícil responder esa pregunta. Pero supongo que cada creador que se auto-denomine artista y designe su trabajo como arte. 

¿En que ha afectado la COVID 19 en tu trabajo?

Ha sido un periodo que me ha hecho pensar mucho en el tiempo, hemos sentido que se ha parado todo. Y creo que en el fondo me ha beneficiado, porque he podido hacer pausa, pensar mucho más y trabajar de una forma más lenta. Además de La Habana, también tengo estudio en Madrid donde he pasado todo este periodo. He pasado la mayor parte de mi tiempo metida en el  estudio trabajando, un tiempo de puertas para adentro cuyos frutos confío poder compartir en un tiempo muy cercano. 

Las repercusiones a nivel socioeconómico de la crisis del coronavirus van a ser de impacto, ¿cómo ve la situación en el sector del arte: con optimismo o con pesimismo?

Esta crisis mundial va a tener un impacto en todos los sectores de la sociedad, y creo que va a ser un periodo duro en el mundo del arte. Sin embargo, me gusta ser optimista y creo que también está siendo un tiempo fértil para la creación. Hablo con compañeros artistas que, en estas circunstancias tan anómalas, están produciendo más que nunca. Soy cubana y los periodos de crisis siempre tienen un gran impacto en la creatividad en todos los sentidos. 

¿Cómo crees que será el mundo del arte después de esta pandemia?

Una vez pasemos por esta crisis, quisiera pensar que será igual de bueno o mejor. Desde luego lo que sí que creo es que la concepción del mundo que teníamos hasta ahora, de movilidad, de hacer residencias artísticas en distintos países, visitar ferias de distintos continentes ha cambiado. No sé si esta mutación ha venido para quedarse, pero esta ‘obligación’ por lo local, la imposibilidad de movernos nos conduce a explorar nuevas narrativas dentro del mundo en general y del arte, en particular. 

Para terminar, ¿en qué estas trabajando en esta época de pandemia?

He estado desarrollando una serie de acuarelas de gran formato tituladas “Piscinas”. Estos trabajos llevan mucho tiempo de ejecución, técnicamente son un poco complejos, relacionados con la geometría el mundo de los cálculos… Por eso pienso que ha sido un buen momento para trabajar en ellos con paciencia.

¿En qué consiste la serie “Piscinas”?

Esta serie la comencé desde hace unos años, son piezas que  provienen de experiencias que tuve en el pasado, básicamente mi infancia en Cuba en los años 90. Ahí me influyen mucho algunas instalaciones abandonadas, específicamente un centro deportivo donde di mis primeras clases de natación. Me llamaba mucho la atención como aquel lugar casi siempre tenia las piscinas vacías, muchas veces antes de ir a mis clases, me hacia la pregunta: ¿podré nadar hoy? ¿habrá agua en las piscinas?

Aquellos agujeros de forma rectangular me parecían como edificios enterrados, enormes profundidades que marcaron parte de mi infancia, una especie de sensación de miedo, osadía, vértigo que siempre me resultó atractivo. Creo que de alguna manera estas formas se quedaron en mi subconsciente hasta el día de hoy, que los veo como una especie de monumentos al olvido, un templo que te invita a la paz, la introspección, y la contemplación, un paisaje arquitectónico lleno de geometría y donde la perspectiva se apodera de estos elementos que muchas veces recuerdan a aquellas piscinas.

Artículo original: http://latamuda.com/conversando-con-rachel-valdes

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